Saltar al contenido
Bienvenidos
Experiencias únicas
Volver al blog

Sotol: el espíritu del desierto que no es ni mezcal ni tequila

Sotol: el espíritu del desierto que no es ni mezcal ni tequila

ESPAÑOL

Sotol: el espíritu del desierto que no es ni mezcal ni tequila

Cuando alguien pide un trago en SOM y escucha la palabra sotol, lo primero que suele preguntar es:
“¿Eso es como un mezcal?”
Y aunque es una duda válida, la respuesta es: no. El sotol es otra cosa. Es el destilado salvaje del desierto, con una historia que va mucho más allá del agave.

¿Qué es el sotol?

El sotol se elabora a partir de una planta llamada Dasylirion, también conocida como “sereque” o “cucharilla”. Aunque parece un agave, en realidad es una especie completamente distinta. Crece lentamente (hasta 15 años), entre rocas, en zonas áridas del norte de México: principalmente en Chihuahua, Durango y Coahuila.

A diferencia del agave, que concentra sus azúcares en la piña, el sotol almacena su energía en su tallo fibroso, lo que le da un sabor más seco, herbal y mineral.

¿Por qué no lo conocías antes?

Porque durante décadas fue considerado un “destilado local”, casi clandestino. De hecho, su denominación de origen apenas se reconoció en 2002, y hasta hace poco solo se encontraba en palenques escondidos o en casas de productores independientes. Su resurgimiento es reciente, y con razón: es delicioso, complejo y tiene una identidad muy propia.

El sabor del norte en una copa

Un buen sotol tiene notas a tierra seca, leña, heno, eucalipto y a veces pimienta o flores del desierto. Es elegante pero salvaje, rústico pero profundo. En SOM lo servimos de Chihuahua, hecho con métodos tradicionales como machacado con hacha y alambique filipino de cobre.

¿Por qué probarlo?

Porque cada trago cuenta la historia de un paisaje extremo.
Porque es México, pero diferente.
Porque es un secreto que merece salir a la luz.
Y porque—sí—te va a encantar.

 


 

ENGLISH

Sotol: The Spirit of the Desert That’s Neither Mezcal Nor Tequila

When someone orders a drink at SOM and hears the word sotol, the first question is usually:
“Is that like mezcal?”
And while it’s a fair question, the answer is: no. Sotol is something else entirely. It’s the wild spirit of the desert, with a story that goes far beyond agave.

What is Sotol?

Sotol is made from a plant called Dasylirion, also known as “sereque” or “desert spoon.” Though it resembles an agave, it’s actually a completely different species. It grows slowly (up to 15 years), among rocks and dry soil in northern Mexico—especially Chihuahua, Durango, and Coahuila.

Unlike agave, which stores sugars in the core, the sotol plant holds its energy in its fibrous stem, giving it a flavor that’s drier, more herbal, and mineral-forward.

Why haven’t you heard of it before?

Because for decades it was seen as a “local moonshine,” almost underground. Its denomination of origin wasn’t granted until 2002, and until recently you could only find it in hidden palenques or the homes of independent producers. Its comeback is recent—and deserved. It’s delicious, complex, and has a strong identity of its own.

The taste of the north, in a glass

A good sotol carries notes of dry earth, firewood, hay, eucalyptus, and sometimes desert flowers or pepper. It’s elegant yet wild, rustic yet profound. At SOM, we serve it from Chihuahua, made with traditional methods like axe-mashing and Filipino-style copper stills.

Why try it?

Because every sip tells the story of an extreme landscape.
Because it’s Mexico—just different.
Because it’s a secret worth discovering.
And because—yes—you’ll love it.